A tenor de sus últimas decisiones, parece que sí
Microsoft sigue perdiendo fuelle en España incluso entre sus seguidores incondicionales
La compañía de Redmond sigue con su particular visión del mercado actual. Si bien se ha enderezado el rumbo de la división Xbox desde la llegada de Phil Spencer al mandato, algunos feudos del pasado han sufrido un desalojo de lo más abrupto. Entre ellos se encuentra nuestro país, cuya situación en la pasada generación de consolas sembró la semilla de la duda entre las dos grandes. No está de más recalcar que el territorio nacional practicamente ha ido ligado a la marca PlayStation, pero el excelso arranque de Xbox 360 frente a la tercera plataforma de Sony convirtió a la consola de Microsoft en una seria alternativa de futuro.
Sin embargo, en pleno 2016 nos encontramos en una situación diferente. Sony vive entre los laureles del éxito con una PlayStation 4 monopolizando el mercado. Sus rivales no tienen la fuerza necesaria entre el público para poder combatir cara a cara con el producto de la compañía nipona. Nintendo se encuentra en su particular mundo de color y armonía, tejiendo una Nintendo NX de la que no conocemos nada oficial. Por parte de los verdes, el trabajo es intenso, remando todos a una con el fin de devolver la confianza de aquellos usuarios que decidieron no apoyar a una consola lastrada desde el primer minuto. Pero es difícil reconvertir la situación en la presente generación.
Pese al constante apoyo concedido a Xbox One —en la cual se han logrado llevar a cabo avances tan importantes cómo la retrocompatibilidad o la consolidación de Windows 10 en la consola—, parece que desde Estados Unidos se han empeñado en no querer tratar de forma igualitaria a sus usuarios. En concreto me refiero a España, en donde poco a poco, sin hacer demasiado ruido, hemos sufrido un recorte significativo de varias funciones básicas de los títulos por parte de sus estudios first.
La llegada de Halo 2: Anniversary en inglés sin algún tipo de subtítulos fue el primer bache. La excusa, en esta ocasión, era que el título original no se localizó en nuestro idioma, lo cual aceptamos a regañadientes. Posteriormente recibimos ScreamRide, el primer título exclusivo en completo inglés. Esta vez se acusó al bajo presupuesto, lo cual aceptamos de nuevo. Pero el primer punto de inflexión vino de la mano de Quantum Break, un título triple-A con todas las letras. ¿Nuestra sorpresa? Sin doblaje al castellano, achacado a la naturaleza propia del juego. Incluso parecía que nos estaban haciendo un favor, pues se nos insistió en que la actuación original era tal cómo fue concebido.
Pero el tiempo nos dio la razón: este tipo de decisiones tan sólo aumentarían con la llegada de nuevos títulos. Recore y Forza Horizon 3 no recibirán doblaje al castellano, mientras que Gears of War 4 lo gozará casi un mes después de su lanzamiento. Puede parecer algo nimio, pero estamos llegando a un punto en el que se prioriza el español latino por encima de nuestro idioma. Y claro, las sensaciones son bastante dispares. Muchos usuarios culpan a Xbox España por la mala dirección, lo cual no tiene nada de sentido. Al fin y al cabo son mero títeres de la central europea, que a su vez está guiada por las directrices entrantes desde Estados Unidos.
Si de verdad Microsoft quiere mejorar su imagen de cara a las próximas fechas, ¿no es mejor seguir apostando por el apoyo de tus seguidores? Cuando una compañía nos mima, se nota, al igual si ocurre lo contrario. Sé que la industria es un negocio como cualquier otro; el dinero manda. Pero si esta situación sigue creciendo a peor, muchos seguiremos bajándonos del tren verde. En manos de la compañía está la clave para hacernos volver a la que una vez fue nuestra casa.
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